19 dic 2013

Mi problema con la balanza

Publicado por Cristina Gonzales- Otoya en 12/19/2013 0 comentarios

Después del atracón de Día de Acción de Gracias (día en donde además de dar las gracias, ¡te dan las de grasas! porque comes como si hubieras salido de la cárcel después de 15 años), me dio el sentimiento de culpa. Sí, ese sentimiento de culpa que te invade luego de Navidad, de año nuevo, cuando se acerca el verano o cuando se acerca algún evento en donde tengas que ponerte un vestido ceñido, cuando tienes miedo de mirarte al espejo y que no quepas. Sí, ese maldito sentimiento que las no tan flacas tenemos.

Yo soy una de las chicas que desde antes de nacer ya estaba predestinada a luchar en contra de la balanza. Además de los sinfín de problemas y demás bendiciones que significaba mi llegada a la vida de mis jóvenes padres, al juntarse también traían una potente dosis de genes, en los que se incluyen un par de gruesas piernas, un par de grandes brazos y un poto (trasero, culo, ass... los peruanos le llamamos poto).

Estoy segura que no soy la única que dice “el lunes empiezo la dieta” o “un chocolate no me hará daño”, es más tengo una legión de amigas que me siguen en esta cruzada por la solidaridad de comelonas. Es más, he llegado a la conclusión que las anoréxicas no son felices. No señores, no lo son. En cambio las gorditas ricotonas sí lo somos.

¿Qué sería de mí sin las galletas después de una ruptura amoroso? Una psicópata dolida.

¿Qué sería de mí sin mi pizza de los viernes después del trabajo? Una empleada frustrada.

¿Qué sería de mí sin mpiña colada virgen en una salida con amigos? Una antisocial

¿Qué sería de mí sin mi chocolate después del almuerzo? Una inservible laboral.

No hay más vuelta que darle: Las gorditas somos power. Y sí, mi felicidad se resume a los kilos que me pienso comer en Perú.



10 sept 2013

Sí, acepto

Publicado por Cristina Gonzales- Otoya en 9/10/2013 0 comentarios

El sueño de muchas (y no digo todas porque ahora me salen las feministas, las que no necesitan de un hombre para ser feliz, las que juran que “el para siempre” no dura ni 5 minutos y demás brujas e incrédulas) es llegar al altar con ese hombre imperfecto, pero perfecto para ellas. Este es el caso de una de mis mejores amigas, a la que conocí en la universidad hace 6 años atrás. Si bien es cierto que no existen los hombres perfectos (lo siento, Disney y Hollywood se confabularon en nuestra contra y nos crearon una ilusión que, en mi caso, se ha destruido con el pasar de algunos sapos, difuntos y años), ella es una de las malditas afortunadas encontró a su príncipe azul.

Hace como 4 meses, la ahora señora me pidió la prueba del amor y como habría de esperarse, le di el sí. Sí, a ser una de sus damitas, porque también esa es una muestra de amor pequeños mal pensados. Como comprenderán, entre mis múltiples quehaceres como dama, me convertí en cocinera, decoradora de mesas, peluquera, modelo y bailarina. Y aunque terminé con los pies descalzos, preguntando dónde están los ladrones y loca loca loca, terminé feliz. Feliz de ver la súper sonrisota de los novios, de ver el amor en sus ojos, y ser parte de su felicidad.

No podía dejar de pasar la oportunidad de tomar unas cuantas fotos para mi recuerdo, así que aquí les dejo algunas de mis tomas favoritas. Si quieren ver el álbum completo, den clic aquí

Felicidades Ely y Allan. Los quiero.




































15 jun 2013

15 años de ser la hermana mayor

Publicado por Cristina Gonzales- Otoya en 6/15/2013 0 comentarios
Esta es una carta de amor. No, no es una de las típicas cartas de amor que un enamorado te escribe, ni una de esas cartas en las  que el chico que gusta te jura amor eterno. Esta carta es una carta de amor para mi hermana. Esta carta es para mi negrita, para la segunda Cristina, para Nicoll.

Hoy hace 15 años deje de ser la hija única para pasar a ser la hermana mayor. Hoy se cumplió el sueño de toda niña que quiere tener una amiga las 24 horas de día. Hoy hace 15 años naciste tú y pasamos a ser 2.

Creo que esta historia aun no te la he contado. Es la historia de cómo me enteré que venías a quitarme el trono de hija única. Tenía 7 años y escuché a mi mamá conversando con la mamita. Yo bien chismosa desde chiquita, paré la oreja y escuché algo sobre un nacimiento. Cuando pregunté quien iba a nacer, mi mamá me respondió:

-Un Pollito
-¿Un Pollito? ¿Otro más? ¡Pero si la mamita ya tiene como 5 pollitos!

Luego me di cuenta que la mamá gallina que iba a tener un pollito era mi mamá.

Las que somos hermanas mayores entenderán cuando digo que ser la primera hija no es tarea fácil. Además de pasar a compartir todo con otra persona, sin querer queriendo pasas a ser el ejemplo para la segunda. No sé si mis hermanos consideran a esta loca un buen ejemplo, pero quiero que sepan que los amo con todo mi corazón. Sé que tampoco es fácil para ustedes tener una hermana como yo, pero no se pueden quejar porque sin mi su vida habría sido muy aburrida.

Veo a mis 2 hermanitas crecer y siento nostalgia. Aun quiero seguir caminando de la mano como lo hacía cuando eran unas pequeñitas. Recuerdo que para hacer comer a Nicoll de chiquita, mi mamá me hacía bailar al ritmo de un casete de Yola Polastri como por 1 hora para entretenerla. También recuerdo las múltiples veces que hemos dormido las 3 juntas en mi cama de plaza y media. O las veces que nos hemos quedando viendo películas hindú o de terror en la cama de mi mamá. Y nuestra última travesura en Perú: sacar la camioneta nueva de mamá sin placa y yo sin brevete, irnos a Huanchaco y regresar sin espejo.

Quiero que sepan que en cada paso que den yo voy a estar siempre dispuesta a dar otro con ustedes. Quiero que sepan que cuando algún chico les rompa el corazón, quiero saberlo para yo irle a romper la cara a él. Quiero que sepan que son las mejores muñecas con las que pude jugar de niña. ¡Y les prometo ya no enojarme tanto cuando cojan mis cosas y no las regresen a su sitio!

Gracias Nicoll por llegar a este mundo y pasar a ser 2.


Feliz Quince Negrita.















1 abr 2013

Una chica con miedo a crecer

Publicado por Cristina Gonzales- Otoya en 4/01/2013 0 comentarios


Muchos de los que estan leyendo me conocen, y para los que no, les cuento que hace tres semanas cumplí 23 inviernos. ¡Muchas gracias a todos por los mensajes vía fb, instagram, whatsapp y text! ¡Por un día me sentí más requerida que el papa! (#HabemusAmigus... Probablemente la mayoría solo se acordó por el fb, pero es válido y los quiero igual desgraciados) En fin, volviendo al tema decir "veinte y tres" me pesa. No, no huelo a morfina, pero siento que desde que cumplí 21 los años se han apresurado más y supongo lo que más me aterra de crecer es aprender a tomar decisiones.  

Hace unas semanas actualicé mi estado en Facebook con lo siguiente:

“Si de chibola hubiera sabido que el "mamá déjame hacer mi vida" iba a significar pagarme las cuentas, lavarme la ropa, cocinar, limpiar el depa y trabajar... Madre sabía te doy la razón; no sabía ni limpiarme bien cucú a esa edad”

A lo que amigos míos contestaron con 14 likes de aprobación. Sí, todos hemos pasado por la estupidiscencia adolescencia. Nos alucinábamos la última inca cola en tono playero y el único marciano en pleno verano. Según yo a los 15 era recontra independiente, rebelde, incomprendidasa, y la verdad es era una rebelde sin causa con muy pocas probabilidades de sobrevivir al primer día fuera de casa sin llamar a mi mamá para que me de 1 sol para el bus. 
 

#OjoAlPiojo no creo haber madurado totalmente, aun ando el proceso dudosamente finito. Ahora sí quiero regresar en el tiempo, ser una mantenida y que tomen las decisiones por mí #DepresiónBase2.


Si a los 15 años alguien me hubiera dicho que a los 23 me iba a encontrar viviendo sola en Nueva York, hubiera saltado de alegría. Vivir junto a mi bff la estatua de la libertad era un sueño y meta que me tracé la primera vez que vi las luces en Times Square. Y lo cumplí. Pero ahora creo que me gusta más ver las luces de las casitas más alejadas de la ciudad en Perú. Extraño mucho.

Hace 2 semanas tomé la decisión de aceptar una propuesta de trabajo con “visa para un sueño” y aunque me costó muchísimo la decisión decidí aceptarla, creo que es la correcta. Digo creo porque no estoy segura, #SantasInseguridadesBatman. Igual, si me equivoco ya me enteraré. 

En fin muchanchos, un beso abacho un poco melancólico. Gracias a todos por siempre darme sus palabras de aliento. Aquí les dejo un par de fotos de crisber mini demonia (literalmente):







14 feb 2013

Forever Alone en San Valentín

Publicado por Cristina Gonzales- Otoya en 2/14/2013 0 comentarios


¡Gente! Primer post del año! #MeTiroUnPaso

En honor a la fecha más esperada por todos los babosasos enamorados, más conocida como San Jodidín San Valentín, hoy este post va dedicado a todas esas almas solitarias que anda por el mundo lamentándose su soltería, mis amigos: Los Forever Alone

Sí, tú amigo al que las flacas se le corren por ser el amigo buena gente, sí te hablo a ti, al pobre incauto que ha caído en el temido friend zone. Sí, tú amiga que prefieres estar sola antes que acompañada de perros, ratas y de cualquier otro tipo de animal. Sí, te hablo a ti pequeña ilusa. No te sientas solo, amigo, amiga, tú como yo, como todos, alguna vez hemos pasado el Día de San Valentín más solos que el Grinch en Navidad y que Chucky en Halloween.

Mediten en la conocida frase “El día del amor y de la amistad”. Piensen a quien se le pudo ocurrir esta frase: A un Forver Alone. Es el día del amor nomás, pero para mí que a este también lo cogieron de huevas y ¿qué remedio le quedó? Agregarle el “y de la amistad” para levantarse la moral y poner el mode #YoQuieroTenerUnMillonDeAmigos. 

No, no te sientas mal. Que se sienta mal el pobre tarado que se la pasa ahorrando un mes antes para sacar a su enamorada a un lugar decente. Ese es pobre. Pero más pobre es el que le regala medio suelto a la amiga imposible. Te agradecerá, te dará un abracito, pero no su tesorito. Eso no es para los amigos “buena gente”. Supéralo, Cupido no es mago.

No, no te sientes mal. Que se sienta mal la pobre que se mete al gym todo el verano para poder pasar un lindo día en la playa o ponerse el jean apretadito para 14 de febrero. Esa es pobre. Pero más pobre, es la que el 13 de febrero se queda conectada hasta las 2 am esperando a que el chico que le gusta la invite a salir. Te saludará o te ignorará, pero la firme no serás. Supéralo, San Valentín no hace milagros.

Pobre y solitario amigo, billetera y pepa no siempre matan a galán. Pobre amiga depresiva corta venas con galleta de soda San Jorge, los vestidos cortos no siempre funcionan como red atrapa pirañas. La respuesta a todos sus problemas es las dejar huevadas en descanso ¡Y poner el autoestima en atención! La persona indicada, el príncipe azul y la esbelta princesa llegarán en el momento en que dejes de buscar. Créanme, el tiempo de soltería es demasiado divertido como para andar dando pena.

Así que dile no a tu CD de Laura Pausini y Jesse y Joy, chapa tu Ipod, Iphone, MP3 o Discman y tírate un paso con Tego y su No quiere novio, quiere vacilar na’ ma’. Ponte el vestido discotequero y tus tacones taco 12, suéltate las greñas y tira a San Valentín por la ventana.

Amigo, deja el alcohol, rompe tu CD de Camila y Sin Banderas, báñate, ponte la camisita discotequera, alucinate Pitbull, llama a tus amigos buenos para la chupa y la payasada y sal del estado deprimente en el que te encuentras. 

Amor es el que le tengo yo a ustedes por quedarme hasta las 12 am. Dile no al foreveralonismo.

¡Feliz San Valentín!

 

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